viernes, 5 de noviembre de 2010

Apreciaciones sobre cuentistas y bajistas, silenciosos y escondidos


No me parece tan descabellado pensar que los escritores que se dedican a los cuentos o relatos, tienen características similares y parecidos con los bajistas. ¿Por qué? Porque en estos tiempos de bestsellers de autoayuda, vampiros y conspiraciones donde los agentes de la CIA son o muy buenos, o malos admirables, los cuentistas siguen ahí, un poco indefinidos en el escenario literario; los bajistas son más o menos iguales, pero sobre las tablas, y sobre todo a los referidos que militan en las filas del rock.

Es verdad que existen excepciones y las primeras que se me vienen a la cabeza son Julio Cortázar, Diego Arnedo, Jorge Luis Borges, Flea, Rodolfo Walsh, Pedro Aznar, Haroldo Conti, Bill Wyman, cuentistas y bajistas, o visceversa, que se destacaron o todavía lo hacen.

Los bajistas siempre están en el escenario un poco retraídos, lejos de los reflectores que prefieren a cantantes dinámicos y sensuales, o a guitarristas que dejan el alma en un riff.


Los cuentistas también: considerados en muchas ocasiones (esta actualidad puede ser una de esas ocasiones) como escritores menores, que no venden, demasiado irresponsables para disciplinarse frente a la “gran novela”, se diluyen frente a las luces de un ambiente que es pálido, complaciente y soberbio.

Los bajistas y los cuentistas están detrás, pero sostienen; se los ve retraídos, pero, como decía Julio Cortázar con respecto a un buen relato, ganan por nock out; hasta personalmente viajan la vida en silencio, con sonrisas cómplices y pasos calmos, pero se destacan por una fuerza que sale desde ese lugar lejano de las luminarias y se prenden fuego sosteniendo una base (los bajistas) o sorprendiendo con un final inesperado y directo (los cuentistas).

A la cita de Cortázar no estaría errado agregar ese blues oscuro que supo cantar Norberto “Pappo” Napolitano donde destacaba a los ejecutores de las cuatro cuerdas: “El cantante está emocionado/escucho temblar su voz/lo acompañan dos bajistas/dice que así suena mejor”.

Una reivindicación, en este caso, a los bajistas, pero por transitar los mismos caminos, también a los cuentistas.

Caracas, 5 de noviembre de 2010

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