martes, 8 de febrero de 2011

Rodolfo Walsh: Cuentos escogidos que revelan una trayectoria literaria y política


El trayecto de su literatura y el compromiso político del argentino Rodolfo Walsh transitan casi en paralelo.

De los cuentos policiales clásicos al testimonio como forma de denuncia, y de la simpatía por el golpe de Estado contra el presidente Juan Domingo Perón en 1955 a la opción revolucionaria de integrar la organización Montoneros en la década del setenta.

Entonces literatura y política, en este caso, se vinculan de forma intrínseca.

Por eso los “Cuentos Reunidos” de Walsh, publicados por la editorial venezolana El Perro y la Rana en 2010, son un buen resumen de la obra del escritor asesinado por la dictadura militar en marzo de 1977.

De forma cronológica, el libro se inicia con los relatos policiales aparecidos entre 1953 y 1961, donde la perfección de la trama no tienen ninguna influencia externa y la sagacidad recae en los personajes encargados de develar una muerte a través de deducciones puras y precisas.

A partir de los relatos del libro “Los oficios terrestres” (1965), la literatura de Walsh comienza el derrotero donde ese mundo inmaculado deja paso a las historias de la gente de a pie.

En la llamada “serie de los irlandeses”, conformada por los cuentos “Irlandeses detrás de un gato”, “Los oficios terrestres” y “Un oscuro día de justicia”, Walsh construye, a través de rasgos autobiográficos, la fuerte lucha de intereses y diferencias culturales dentro de un internado de estudiantes.


En “Cuentos reunidos” también se incluyen relatos que aparecieron luego del asesinato de Walsh, donde se destaca “Ese hombre”, surgido de una entrevista entre el escritor y Perón, durante su exilio en España.

Este cuento mantiene el estilo y el ritmo denso que Walsh ya había probado con éxito en “Esa mujer”, que recrea el testimonio de un militar argentino relatando el destino del cadáver de Eva Perón.

Por último, el libro reproduce una entrevista concedida al escritor Ricardo Piglia, donde se ven claramente las ideas y contradicciones de Walsh sobre la función de la literatura en un contexto de intensa lucha de clases.

“Yo hoy pienso que no sólo es posible un arte que esté relacionado directamente con la política -sostenía Walsh- sino que como restrospectivamente me molesta mucho esa muletilla que hemos usado durante años, yo quisiera invertir la cosa y decir que no concibo hoy el arte si no está relacionado directamente con la política, con la situación del momento que se vive en un país dado, si no está eso, para mí le falta algo para poder ser arte”.

(Febrero de 2011, publicado en www.avn.info.ve)

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